La ansiedad por separación es uno de los problemas de comportamiento más comunes en perros y gatos. Aunque cada animal lo manifiesta de forma distinta, la causa suele ser la misma: el estrés que sienten al quedarse solos en casa sin su tutor.
En este artículo, te explico cómo ayudar a tu mascota a mantenerse tranquila durante tus ausencias, con hábitos diarios, ajustes en el ambiente y estrategias efectivas que promueven su bienestar emocional.
Cómo identificar si tu mascota sufre al quedarse sola
Algunos signos son evidentes, pero otros pueden pasar desapercibidos si no observamos con atención:
- Ladridos, maullidos o llanto excesivo cuando sales
- Rascar puertas, ventanas o muebles
- Destruir objetos
- Hacer sus necesidades dentro de casa, aún estando entrenado
- Dejar de comer cuando está solo
- Hiperexcitación cuando vuelves
En gatos, el estrés puede manifestarse con aislamiento, maullidos constantes, vómitos o exceso de acicalamiento.
Crea una rutina estable
Los animales se sienten más seguros cuando su día es predecible. Establece una rutina diaria para:
- Alimentación
- Paseos o juegos
- Descanso
- Momentos de calma
Si tu mascota sabe qué esperar y cuándo, se sentirá menos insegura al verte salir.
Acostúmbralo a estar solo poco a poco
No esperes que tu perro o gato acepte bien una larga ausencia si nunca fue preparado para eso. El entrenamiento debe ser gradual:
- Empieza con salidas de pocos minutos
- Aumenta el tiempo lentamente cada día
- Ignora al regresar por algunos minutos, para no reforzar la ansiedad
- No hagas despedidas largas ni dramáticas
Esta práctica ayuda a que asocie tu ausencia con algo normal y pasajero.
Crea un ambiente enriquecido durante tu ausencia
La clave está en mantener la mente y el cuerpo de tu mascota ocupados:
- Deja juguetes interactivos con comida escondida
- Usa alfombras olfativas o dispensadores automáticos
- Esconde snacks en diferentes rincones de la casa
- Deja la televisión o música relajante encendida
- Rota los juguetes cada pocos días para mantener el interés
Evita dejar siempre los mismos estímulos: la variedad es fundamental.
Establece un “lugar seguro” en casa
Muchos animales se sienten más tranquilos si tienen un espacio fijo donde puedan descansar solos.
- Prepara una cama cómoda en un rincón tranquilo
- Incluye una manta con tu olor
- Deja juguetes suaves o de goma para morder
- No lo interrumpas cuando esté allí, así asocia el lugar con seguridad
Este espacio se convertirá en su refugio cuando te vayas.
Evita castigar comportamientos derivados de la ansiedad
Si tu mascota rompe algo o hace sus necesidades dentro de casa durante tu ausencia, recuerda: no lo hizo por “venganza”. Fue una reacción de ansiedad.
- Castigar solo aumenta el estrés
- No reprimas comportamientos como llorar o seguirte por la casa
- Trabaja en la causa: el miedo a la separación
La comprensión y el entrenamiento positivo siempre dan mejores resultados.
Refuerza la calma, no la euforia
Al regresar a casa:
- Espera a que tu mascota se calme antes de saludarla
- No refuerces la excitación con voces agudas o caricias inmediatas
- Premia los momentos en que esté tranquila, incluso antes de salir
Así, asocia tu llegada y salida con tranquilidad, no con euforia o tensión.
Usa feromonas o suplementos si es necesario
Existen productos que ayudan a reducir la ansiedad de forma natural:
- Difusores de feromonas (como Adaptil o Feliway)
- Collares calmantes
- Suplementos con triptófano, valeriana o melisa
Consulta siempre con un veterinario antes de iniciar cualquier tratamiento.
Considera ayuda profesional
Si el problema persiste o empeora, consulta con un adiestrador canino/felino o un veterinario etólogo. Un plan personalizado puede marcar la diferencia.
En casos severos, puede requerirse medicación ansiolítica bajo control veterinario. Esto no debe verse como fracaso, sino como parte de un cuidado integral.
Tu ausencia no tiene por qué ser un problema
Estar solo no debería ser una fuente de angustia para tu mascota. Con preparación, paciencia y mucho cariño, es posible enseñarle a estar bien incluso cuando no estás.
Recuerda: lo que hagas antes y después de cada ausencia es tan importante como el tiempo que pasas con él. Porque cuidar no es solo estar presente, sino también garantizar su bienestar en cada momento, incluso en tu ausencia.