Los malos hábitos en perros y gatos, como morder objetos, hacer sus necesidades en lugares inapropiados o ladrar en exceso, no aparecen de la nada. En la mayoría de los casos, son el resultado de una rutina poco estructurada, falta de estimulación o comunicación confusa por parte del tutor.
La buena noticia es que muchos de estos comportamientos pueden prevenirse —o corregirse— con cambios sencillos y consistentes en el día a día. En este artículo, aprenderás cómo evitar que tu mascota desarrolle malas costumbres desde casa, con acciones prácticas y efectivas.
Entiende qué causa los malos hábitos
Antes de corregir un comportamiento no deseado, es importante identificar su origen. Los animales no actúan por “rebeldía” ni por “venganza”. Sus acciones responden a necesidades no cubiertas o falta de guía clara.
Entre las causas más comunes están:
- Falta de ejercicio o juego
- Ausencia de límites claros
- Reforzamiento accidental de conductas negativas
- Estrés, aburrimiento o ansiedad
- Inseguridad o miedo
Detectar qué está motivando el mal hábito es el primer paso para evitarlo.
Establece una rutina consistente
Los perros y gatos se benefician enormemente de la estructura. Saber cuándo van a comer, jugar, pasear o descansar los hace sentir seguros.
Crea una rutina que incluya:
- Horarios de comida definidos
- Tiempo diario para juegos y ejercicio
- Momentos tranquilos de descanso
- Sesiones cortas de entrenamiento
Un animal con estructura tiende a ser más equilibrado y menos propenso a comportamientos destructivos o caóticos.
Refuerza lo positivo, no castigues lo negativo
Muchos tutores cometen el error de regañar constantemente al animal por lo que hace mal, sin mostrarle claramente qué se espera de él.
Qué hacer:
- Felicita y premia cuando tu mascota se comporta bien (sentarse, estar tranquilo, no morder).
- Ignora o redirige comportamientos no deseados sin gritar ni castigar.
- Sé coherente: si hoy dejas que suba al sofá y mañana no, solo lo confundirás.
El refuerzo positivo genera aprendizaje duradero y una mejor relación con tu mascota.
Proporciona suficiente estimulación mental y física
El aburrimiento es una causa frecuente de malos hábitos, especialmente en animales activos. Si tu mascota no tiene en qué ocupar su energía, buscará su propia forma de entretenerse.
Soluciones simples:
- Paseos diarios con cambios de ruta
- Juegos de olfato o búsqueda en casa
- Juguetes interactivos o dispensadores de comida
- Sesiones breves de adiestramiento positivo
Incluso los gatos, a pesar de su fama de independientes, necesitan estímulos para evitar el aburrimiento.
Establece límites desde el principio
Esperar a que tu mascota crezca o “entienda sola” no funciona. Desde el primer día, enséñale qué puede y qué no puede hacer.
- No permitas desde cachorro lo que no querrás cuando sea adulto (como subir a la cama o robar comida).
- Usa palabras claras y siempre las mismas (“No”, “Baja”, “Aquí”).
- Repite con paciencia: la constancia es más importante que la intensidad.
Cuida su entorno
Un entorno caótico o inseguro puede fomentar conductas indeseadas. Asegúrate de que tu hogar sea adecuado para tu mascota.
- Retira objetos peligrosos o frágiles de su alcance.
- Ten una zona de descanso cómoda y tranquila.
- Evita ruidos excesivos o situaciones estresantes.
Un espacio ordenado y predecible facilita el buen comportamiento.
Observa y actúa temprano
Muchos malos hábitos comienzan como comportamientos pequeños que pasamos por alto. Si los detectas a tiempo, será más fácil corregirlos.
- Si empieza a morder una alfombra, redirígelo a un juguete.
- Si se pone ansioso cuando sales, crea una rutina de despedida sin dramatismo.
- Si ladra cuando alguien pasa por la ventana, cambia su foco de atención.
Actuar pronto es más efectivo que intentar corregir algo que ya está instalado.
Sé paciente: educar es un proceso
Tu mascota no es perfecta, y tú tampoco necesitas serlo. Educar es un camino que se recorre con paciencia, coherencia y mucho cariño.
- Celebra los avances, aunque sean pequeños.
- No compares con otros animales: cada uno tiene su ritmo.
- Si necesitas ayuda, consulta con un adiestrador positivo.
Busca ayuda si el problema persiste
Algunos comportamientos pueden tener causas médicas, emocionales o requerir intervención profesional. Si tu mascota desarrolla hábitos como:
- Comer objetos no comestibles
- Agresión sin causa aparente
- Ansiedad intensa cuando se queda sola
Consulta con un veterinario o etólogo. Buscar ayuda es una muestra de responsabilidad, no de fracaso.
Educar es prevenir
Evitar malos hábitos no requiere gritos, castigos ni frustraciones. Requiere observación, estructura, afecto y el compromiso de acompañar a tu mascota en su desarrollo.
Cada día que dedicas a enseñarle con amor es una inversión en su bienestar… y en una convivencia mucho más feliz para ambos.