Cuando un perro o gato comienza a ignorar a su tutor, ya sea al llamarlo, al acercarse o durante momentos de interacción, es común pensar que lo hace por terquedad o falta de cariño. Sin embargo, hay múltiples factores que pueden llevar a este comportamiento, y la mayoría están relacionados con el entorno, la rutina y la comunicación diaria. Entender las razones detrás de este distanciamiento es el primer paso para reconstruir el vínculo de confianza y atención.
Falta de estímulos o motivación
Uno de los motivos más comunes es que la mascota no encuentra motivación suficiente para responder. Esto ocurre, por ejemplo, cuando:
- El tutor siempre repite la misma orden sin variar la entonación o el entorno
- No hay refuerzo positivo al responder (caricias, elogios, premios)
- El animal ya anticipa que lo llamarán solo para tareas poco agradables
Los perros y gatos aprenden por asociación. Si al ser llamados no ocurre nada interesante o siempre termina en un baño, corte de uñas o regaño, simplemente dejarán de responder con entusiasmo.
Distracciones del entorno
Otro factor es que el entorno está cargado de estímulos más interesantes que el tutor: otros animales, ruidos externos, juguetes nuevos o incluso rutinas muy repetitivas. En estos casos, no es que la mascota esté “ignorando” activamente, sino que su atención está siendo dirigida a algo más llamativo.
Aquí, la solución es recuperar el interés: usar entonaciones distintas, cambiar el lugar del llamado o añadir algo atractivo como un juguete o snack.
Comunicación incoherente
Cuando el tutor no es consistente en sus órdenes, palabras o reacciones, el animal se confunde. Por ejemplo:
- Usar “ven” un día y “aquí” al siguiente
- Decir su nombre en tono neutro a veces, y en tono de regaño en otras
- Pedir que no suba al sofá pero a veces permitirlo
Esta falta de coherencia hace que el animal no sepa qué se espera de él, y como resultado, opta por no responder.
Falta de tiempo de calidad
Si la única interacción con tu mascota es para alimentarla o corregirla, es normal que se muestre distante. Los perros y gatos valoran el tiempo compartido, la atención real, el juego, las caricias y el simple hecho de estar presentes de forma activa.
Incluir momentos cortos pero significativos cada día puede marcar una gran diferencia en su comportamiento.
Cambios en la rutina o en el ambiente
Mudanzas, cambios de muebles, nuevas personas o animales en casa, ausencia prolongada del tutor… Todos estos factores pueden afectar emocionalmente a tu mascota y hacerla más reservada o distante.
En estos casos, es importante observar si hay otras señales como pérdida de apetito, cambios de sueño o conductas de evitación. Darle espacio, mantener una rutina y ofrecer seguridad emocional es clave para que recupere la confianza.
Uso excesivo del nombre en contextos negativos
Si el nombre del animal se usa solo para regañarlo o llamarlo cuando está en problemas, comenzará a asociarlo con situaciones negativas. Así, cuando lo escuchan, prefieren ignorarlo.
Reentrenar esta asociación es posible usando el nombre solo en momentos agradables: durante el juego, cuando le das un premio o al hablarle con cariño.
Edad o estado emocional
A medida que los animales envejecen, su nivel de energía y atención cambia. Es posible que respondan menos rápido o con menos entusiasmo simplemente porque están más tranquilos o menos motivados.
También pueden estar atravesando momentos de inseguridad, aburrimiento o ansiedad que los hace retraerse. La clave está en observar sin juzgar y adaptar las expectativas a su etapa de vida.
Sobreestimulación o exceso de llamados
Llamar a la mascota constantemente, sin propósito claro, puede hacer que el sonido pierda significado. Si cada “ven” no tiene un motivo real, o si se repite sin que pase nada, el animal aprenderá que no es importante responder.
Reducir la cantidad de llamados y hacer que cada uno tenga un propósito claro ayuda a recuperar la atención.
Comparaciones con otros animales
Es común comparar una mascota con otra (actual o anterior), pero esto puede hacer que inconscientemente esperes que actúe de cierta forma. Cada animal tiene su personalidad, ritmo y forma de responder.
Aceptar sus particularidades es fundamental para establecer una conexión auténtica y evitar frustraciones.
Reconectar es posible
Si sientes que tu mascota te ignora, no lo tomes como un rechazo. Es más probable que haya una desconexión temporal basada en rutina, comunicación o entorno. Con pequeños cambios en tu actitud, entonación, tiempo de calidad y coherencia, puedes reconstruir ese lazo y volver a disfrutar de una relación más cercana, atenta y afectiva.